Conducta: Distante e imparcial con sus compañeros, no suele hablar mucho, solo cuando es necesario. A pesar de esto, suele escuchar a sus compañeros cuando tienen problemas, aunque para ella sean cosas sin importancia. Muy pocas (casi nunca) veces se le ve sonriendo, se le denomina una persona “inexpresiva”. También es muy correcta al hablar, captando quienes son sus superiores, con los únicos que siempre tendrá un problema son con los humanos, la mayoría de las veces.

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Características físicas:

De cabello rubio, largo y ondulado, tez pálida y de ojos que simulan ser de oro. Saver lleva un cuerno en su frente, algo muy característico de ella, al igual que sus puntiagudas orejas de elfo. Es una elfa de complexión delgada, a pesar de esto, mantiene un cuerpo con buenas curvas, lo más llamativo de ella podría decirse que son sus bien torneadas piernas, perfectas para llamar la atención ajena.

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Características mentales:

Una elfa desconfiada desde que vio la maldad humana en todo su esplendor cuando apenas era una pequeña, creando así un odio hacia ellos, el cual suele ocultar. Con dotes narcisistas al siempre quejarse en su mente sobre las personas o criaturas que piden ayuda refiriendo para sí que ella pudo enfrentarse a cosas peores sola, y eso no es todo lo que ocurre en su mente, también cuenta con toques psicópatas al no tener remordimiento o empatía cuando hace sufrir a alguien o ve que alguien sufre, para ella no causa ningún sentimiento. Saver no conoce el sentimiento o palabra amor, así que para ella eso no existe, suele negar cualquier cariño hacia alguien por esto mismo, pero, a pesar de esto, logra relacionarse con pocas personas y oculta todos sus ¨trastornos¨ para no levantar sospechas o conflictos. Esto ocurre cuando alguien o algo capta su atención o interés por compartir una idea o una meta.

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Armas/Vestimenta: Traje de cuero negro completo, armadura de hierro con escrituras antiguas que lleva en los brazos y hombros, la cual es decorada por 2 tiras de tela muy fina negra que con el simple movimiento se mueven, y botas altas negras. Su arma es un báculo de metal decorado con púas y un rubí en el extremo superior, y a lo largo de este una cadena lo envuelve. El largo del báculo es de 1.70 cm.

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Habilidades: Además de tener las habilidades de elfo (infravision, poder curativo, control sobre la vegetación e instinto más desarrollado) también es elementalista, teniendo un buen balance con los elementos y control sobre ellos. También incluye en curación la habilidad de crear “escudos” esféricos para protegerla de daño mágico y físico.

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Peculiaridades

Saver prefiere tener distancia con los humanos. A Saver no le gusta que le elogien su aspecto, si no su conducta y educación. Le gusta dar paseos a media noche, con o sin compañía. A Saver le gusta leer historias sobre los filósofos y tiene un gran interés en los Dioses olímpicos. Saver tiene una actitud seria y muy imparcial con los miembros del clan, solo con una minoría es más “sociable”. Saver siempre se le ve cerca de Uri, cuidándolo de cualquier cosa y tranquilizándolo en sus ataques, aun así, es muy rara la vez que se le ve sonriendo. Suele lanzar micrófonos a quienes la molestan o dicen un chiste de mal gusto. Le gusta el baile, pero jamás se anima a bailar frente a sus compañeros o cualquier persona, prefiere tener eso en secreto.

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Historia de vida:

Abandonada a muy corta edad en un pantano cerca de las costas del noroeste de Hamburgo, Alemania, no conserva recuerdos de quienes se suponían que eran sus padres, ni tampoco el motivo de su abandono, por lo tanto, desconoce su fecha de cumpleaños. De pequeña era muy sonriente y alegre, aunque su timidez siempre estuvo ahí latente, solía jugar con los animales de alrededor y dormir en las copas de los árboles, cerca de las estrellas y preguntándose sobre el origen del todo, a la par, de aprender a sobrevivir sola. Algunos años más tarde decidió explorar más allá de lo que conocía del pantano, llegando al centro de este; donde se encontraba una pequeña choza. Curiosa se acercó a investigar, pero alguien la esperaba ahí: Un viejo brujo, el cual la invito a pasar a su hogar y así fue su primera interacción. Aquel brujo le había enseñado algunos hechizos, le conto historias de los dioses olímpicos y le dio libros de filosofía, donde describían cual es el origen de la vida, según cada filosofo. La elfa creció acompañada por algunos años por este brujo, quien fue el que la bautizo con el nombre de Saver, ya que para ella sería la salvadora. En su cumpleaños número 49 recibió un libro de magia elementalista de ese brujo, pero, días después un olor que le privaba respirar la despertó, era el olor a fuego, humo, su hogar estaba en llamas; a lo lejos podía escuchar a los humanos insultar el pantano llamándolo ¨maldito¨, Saver corrió hacia la choza del brujo, pero se encontró con una horrible escena, el fuego se había iniciado ahí. Aquello dejo en shock a la pequeña elfa, los gritos de dolor del brujo le afligían, hasta que escucho con claridad la orden de este: ¨ ¡corre Saver, corre! ¨, sin más corrió lejos de ahí, sin mirar atrás y sin ninguna lagrima en su mirar, solo odio y deseos de venganza. Pasaron algunos años más, pasando de bosque en bosque, hasta que encontró a un niño con orejas de conejo que la espiaba mientras ella bailaba al son del viento, quien parecía compartir su odio hacia los humanos, lo cual permitió que ella se acercara a él, llegándolo a denominar hermano. Saver camino por en medio de guerras y por la miseria, muchos años… Y siempre diciendo: ¨Jamás me arrodillare hacia un humano, ellos arderán arrodillados ante mí, volviendo al origen según Heráclito¨.